Morir nunca se sintió tan bien
Maximiliano Palacios Taboada

Tarro de pulque y de atole.
Platos de arroz y de mole.
Bolillo para el susto,
Y un trago para el gusto.
Terciopelo naranja seduce la vista y el olfato.
Tapetes coloreados y picados marcan los escalones de regreso.
Focos que se derriten
Con su luminiscencia
Guían los pasos
De aquellos que llorando nos dejaron al partir.
Bienvenidas gustosas y animosas.
Lágrimas de dicha,
De alegría: hoy Mictlantecuhtli mira para arriba.
Hoy se vuelve a la vida.
Los sollozos cambian a felices carcajadas
El jubiloso reencuentro
Transforma los sollozos a felices carcajadas.
Pan de muerto,
Y muerto de pan.
Huesos nevados,
Cráneos desollados que son una dulce botana.
Vino santo
Y el Santo vino desde el ring inframundano.
El abuelo a la nieta saluda.
La mascota al dueño consuela.
¡Qué alegría la vida!
¡Qué alegría la muerte!